Fuente:merca2.es
Frente a la creciente tendencia que pone en duda los beneficios que las energías verdes dejan en nuestros campos agrícolas, la dilatada experiencia de compañías como Rolwind, con más de 300 proyectos y dos décadas trabajando sobre el terreno, aporta argumentos contundentes y apegados a la realidad de los agricultores.
En estos últimos años, las energías renovables han experimentado un boom extraordinario en España, en todos los niveles. Una fuente de energía absolutamente necesaria y urgente para salvar el medio ambiente, reducir el gasto energético de particulares y empresas e impulsar la economía de nuestro país. La gran apuesta. Todo era positivo en lo referente a las energías verdes y todos (sociedad civil, administración, grandes empresas, inversores, agricultores) estaban de acuerdo en que eran el futuro perfecto. Sin embargo, esta tendencia positiva ha ido cambiando en los últimos tiempos, especialmente en determinados entornos. Se habla ahora de “burbuja verde”; de implantación exagerada de parques fotovoltaicos y eólicos en nuestros campos; de impacto visual y alteración del paisaje; incluso de perjuicio para el medio ambiente y para el mundo rural.
Pero esta percepción negativa de las energías renovables en nuestros campos es errónea e injusta. La realidad es otra bien distinta.
¿CUÁL ES LA REALIDAD DEL CAMPO ESPAÑOL?
El hecho cierto es que la agricultura española vive en un estado de incertidumbre por la situación del campo. Agricultores y propietarios sienten que el sector agrícola es el gran olvidado en nuestro país, sentimiento generalizado que los profesionales de Rolwind conocen de primera mano. Un problema que se ha ido agravando con los años y que tiene difícil solución a corto plazo. La alternativa está en la convivencia entre agricultura y tecnología.
En efecto, la implementación de parques solares, eólicos o plantas de hidrógeno verde es para la España agrícola una alternativa económica rentable, segura y a largo plazo, tanto para grandes latifundistas como para pequeños propietarios. Dedicar unas pocas hectáreas de su terreno a las energías renovables supone una renta importante y garantizada durante 30 o 40 años, sin esfuerzo, sin sacrificios, sin incertidumbres; sin depender de la lluvia, las heladas o las especulaciones del mercado. Lo que significa dar estabilidad a su familia durante al menos dos generaciones. Que es en realidad lo único que les preocupa. Por eso, para la mayoría de los agricultores españoles, las energías renovables son oro caído del cielo.
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